En esta obra Viktor Frankl, explica la experiencia que vivió como prisionero en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial, desde su visión como psiquiatra. En este libro demuestra cómo incluso en situaciones extremas de sufrimiento, las personas pueden encontrar un motivo para vivir, y como una persona puede llegar a trascender sus dificultades.
En palabras de él, «La vida sólo tendrá sentido si tiene una finalidad, un destino último, un lugar adonde trascender«.